¿Qué suelo radiante es mejor? Tipos, coste de instalación y consumo

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Suelo radiante

El suelo radiante es una alternativa al sistema de calefacción tradicional. A pesar de suponer una elevada inversión inicial, sus grandes ventajas y su reducido consumo energético lo sitúan como uno de los mejores sistemas tanto para viviendas como para locales.

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¿Qué es el suelo radiante?

El suelo radiante es un sistema de calefacción que funciona gracias a la canalización de una fuente de calor debajo del suelo. En otras palabras, es un sistema que emana calor de forma homogénea gracias al sistema de tuberías o, en su defecto, cableado que se instala bajo el pavimento de una vivienda.

El suelo radiante permite convertir la superficie más amplia de la casa en una gran fuente de calor. Este sistema, una de las opciones más solicitadas como alternativa a los sistemas de calefacción tradicionales, cuenta con dos modalidades en función del suministro utilizado para su funcionamiento. Así, encontramos:

  1. Suelo radiante por agua caliente
  2. Suelo radiante eléctrico

¿Dónde se puede instalar suelo radiante?

El suelo radiante se puede instalar tanto en viviendas unifamiliares como en un edificio de viviendas. Además, podemos encontrar este sistema de calefacción en edificios como hospitales, oficinas, residencias para la tercera edad, guarderías o complejos deportivos.

¿El suelo radiante es la mejor opción para mi vivienda? Para determinar si el suelo radiante es el mejor sistema de calefacción para un inmueble, se debe realizar un cálculo de pérdida de calor. Este determinará cómo es el aislamiento de la vivienda y si se cumplen o no los requisitos de calefacción de la superficie.

Suelo radiante por agua caliente

La modalidad más común y extendida es el suelo radiante por agua caliente, que funciona gracias al agua caliente sanitaria que circula a través de un circuito de tuberías situado bajo el pavimento. La instalación de este tipo de calefacción requiere una importante inversión inicial y se recomienda en viviendas o locales de nueva construcción, o en aquellos donde se vaya a realizar una rehabilitación.

El suelo radiante de agua caliente tiene grandes ventajas y es que el consumo de energía es muy reducido, ya que los circuitos que lo componen son muy finos -de entre 6 y 10 mm- y el caudal de agua que transcurre por los mismos es mínimo. Además, la temperatura del agua es mucho menor que en un sistema de calefacción por radiadores, lo que ayuda a que la energía consumida sea inferior.

La instalación y mantenimiento de un suelo radiante por agua caliente requieren un alto conocimiento técnico, por lo que siempre deberán ser realizados por profesionales especializados.

El suelo radiante de gas natural se recomienda en viviendas que cuenten con un buen aislamiento térmico -que evite cambios bruscos de temperatura- y donde se realice un uso de la calefacción constante.

Suelo radiante eléctrico

El suelo radiante eléctrico se diferencia del anterior porque en vez de tuberías de agua, cuenta con un cable conductor que se distribuye por toda la superficie e irradia calor de manera homogénea por toda la estancia.

Este sistema de calefacción, como su propio nombre indica, funciona con suministro eléctrico. Para que el funcionamiento sea correcto, es necesario que la vivienda cuente con una potencia eléctrica elevada, ya que está funcionando la mayor parte del día y coincide con el uso de otros electrodomésticos. Al contratar una potencia eléctrica superior, el importe a abonar en las facturas de la luz será mayor.

El suelo radiante eléctrico no precisa un mantenimiento específico. En caso de avería, solo será necesario levantar la parte del suelo bajo la que esté ubicado el dispositivo de control general.

A modo de resumen, veámos aquí las diferencias entre el suelo radiante de agua caliente y suelo radiante eléctrico:

¿Qué tipo de suelo radiante instalar?
Suelo radiante agua calienteSuelo radiante eléctrico
Instalación complejaInstalación sencilla
Red de tuberíasCable conductor eléctrico
El calor se genera por aguaEl calor se genera por electricidad
Consumo bajoConsumo medio
Funcionamiento a temperatura baja (menor consumo)Funcionamiento a temperatura media (mayor consumo)
Elevada inversiónCoste inferior

Instalación y funcionamiento del suelo radiante

La instalación del suelo radiante, como ya se ha señalado anteriormente, debe ser realizada por un técnico especializado debido a la complejidad que caracteriza a este sistema de calefacción. La inversión inicial por parte del usuario es elevada, ya que la complejidad y los diversos elementos que componen el suelo radiante suponen un importante gasto.

Para comprender cómo funciona el suelo radiante, es importante tener en cuenta todos los elementos que componen su instalación:

 Placa aislante:

También denominada placa de aislamiento, se coloca sobre el forjado y sirve como base para la colocación de los circuitos de tubería. Para que la colocación de las tuberías se realice de manera correcta, la placa aislante cuenta con una superficie cuadriculada que ayuda a su colocación. De esta manera, actúa como soporte y guía de la tubería.

 Tubería:

Se trata de tubos de polietileno que transportan el agua caliente por toda la superficie de la estancia a calentar. Se colocan sobre la placa aislante y se sujetan gracias a las denominadas grapas de sujeción.

 Banda perimetral:

Banda de espuma que actúa como aislamiento lateral, asegurando la separación entre la instalación de suelo radiante y las paredes. La principal función de este elemento es evitar los denominados puentes térmicos. Se trata de zonas específicas donde se transmite el calor hacia otras estancias o superficies.

 Placa de mortero:

Es la capa que se instala sobre los elementos de la instalación anteriormente señalados. Se trata de una placa de cemento que cubre la instalación y sobre la que, posteriormente, se colocará el pavimento (que puede ser de cualquier material).

 Fuente de calor:

Normalmente, la instalación del suelo radiante va acompañada de una caldera de condensación (la más eficiente), caldera eléctrica o bomba de calor. Actualmente, también se pueden combinar con aerotermia, energía solar o energía geotérmica.

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Ventajas y desventajas del suelo radiante

Aunque es un sistema de calefacción que presenta un consumo reducido y un amplio grado de eficiencia energética, el suelo radiante de agua también tiene sus desventajas o inconvenientes. A continuación, se van a enumerar tanto las ventajas como las desventajas de este sistema.

Las ventajas del suelo radiante por agua caliente son:

  • Bajo consumo energético: como el agua que circula por las tuberías no necesita estar a una temperatura elevada, se genera un importante ahorro
  • Rendimiento elevado: la energía suficiente para calentar la superficie es muy reducida
  • Es 'invisible': los elementos calefactores no se ven, están bajo el pavimento
  • Distribución del calor homogénea: sensación de confort en todas las estancias de la vivienda, eliminándose los puntos de frío y puntos de calor

Las desventajas del suelo radiante por agua caliente son:

  • Requiere una inversión inicial elevada
  • Para su instalación se necesita realizar el levantamiento de todo el pavimento de la vivienda
  • La instalación y mantenimiento requieren un gran conocimiento técnico
  • Es recomendable en espacios donde el consumo se realice de forma continuada. El suelo radiante no se adapta a cambios bruscos de temperatura

¿Cuánto cuesta instalar suelo radiante?

No se puede indicar un precio exacto para la instalación del suelo radiante en una vivienda o local, ya que depende de distintos factores como:

  • Dimensiones de la vivienda
  • Características del inmueble (aislamiento)
  • Calidad de los elementos del sistema de la calefacción

Por ello, un instalador autorizado debe realizar un estudio personalizado del inmueble y de las necesidades que este tiene. Tras el estudio, presentará el presupuesto correspondiente al cliente. Se recomienda solicitar distintos presupuestos para así ver la diferencia de precios de las distintas empresas instaladoras y, finalmente, contratar la más económica.

El precio medio de la instalación del suelo radiante es de 40-45€/m2 en el caso de que este sistema solo se utilice para la generación de calor. Si el suelo radiante va a ser utilizado como sistema de calefacción y refrigeración el precio oscilará entre 45 y 50€/m2.

¿Cuánta energía consume el suelo radiante?

Como se ha señalado anteriormente, el sistema de suelo radiante se caracteriza por realizar un consumo energético reducido, que puede llegar a su más alto grado de eficiencia si se combina con energía solar, geotérmica o caldera de condensación.

El consumo energético del suelo radiante depende de distintos factores. Entre ellos:

  • Dimensiones del inmueble o local: a mayor número de tuberías, mayor incremento de enegía para calentar el agua
  • Necesidades del usuario: la energía consumida no será la misma si se enciende unas horas o el día entero
  • Regularización de la temperatura: al regular la temperatura en cada estancia, el consumo es más eficiente
  • Depende del sistema adicional con el que cuente la instalación (energía aerotérmica, solar, geotérmica o caldera de condensación)

¿Se puede ahorrar con el suelo radiante?

Ahorrar con el suelo radiante es posible. Por regla general, el calor proporcionado por este sistema es mucho más eficiente que el generado por radiadores. En el caso del suelo radiante por agua caliente, la principal premisa es no apagarlo y encenderlo continuamente. El sistema tarda más tiempo en calentar la vivienda y es más rentable que después se centre en mantener el calor que apagarlo.

Las posibilidades de ahorro del suelo radiante eléctrico pasan por elegir la tarifa de luz más barata que mejor se adapte a las necesidades de consumo.

¿Calefacción radiante o por radiadores?

La calefacción radiante es una alternativa a la calefacción por radiadores. Esta última sigue siendo la más común en las viviendas o locales, pero el suelo radiante, poco a poco, ha ido haciéndose un importante hueco en el mercado energético.

La instalación del sistema de calefacción por radiadores es más económica que la del suelo radiante, pero ambas suponen la realización de obras para poder realizar su instalación. Ambos sistemas de calefacción se diferencian en distintos aspectos que a continuación se desarrollan:

 Distribución del calor:

El suelo radiante distribuye el calor de forma uniforme en cada una de las estancias, haciendo que la temperatura a nivel de los pies sea superior a la de la altura de la cabeza. Por su parte, los radiadores calientan el aire que hay a su alrededor y se eleva hasta el techo. Cuando el aire se enfría baja de nuevo al nivel del suelo para volver a ser calentado. A diferencia del suelo radiante, con los radiadores se reduce la temperatura de confort, ya que encontramos los denominados puntos fríos y puntos calientes.

 Impacto visual:

El sistema de calefacción de suelo radiante se caracteriza porque ninguno de sus elementos queda a la vista, ya que estos se instalan bajo el pavimento. Por tanto, este tipo de calefacción no ocupa espacio. Por su parte, los radiadores sí ocupan espacio, limitando el espacio de la superficie en el que colocar el mobiliario.

 Zonificación:

El suelo radiante divide por zonas (estancias) la superficie a calentar, ya que cuenta con un termostato en cada una de ellas. Gracias a la zonificación, el consumo de energía se reduce. Por su parte, la calefacción por radiadores, calienta toda la vivienda, sin distinguir por zonas, ya que solo cuenta con un termostato central. Por esta razón, es un sistema menos eficiente.

El suelo radiante mantiene la humedad natural de una estancia, evitando la generación de polvo y concentración de ácaros. Mientras tanto, los radiadores tienden a reducir no solo la humedad, sino también el nivel de óxigeno.